La salud física es un estado y también una capacidad para recuperar y mantener la energía que nos posibilita hacer lo que nos interesa y disfrutar con ello. Uno no puede mantenerse sano tan sólo con la fuerza de voluntad, se necesita algo que emerge de forma natural del estilo de vida de cada persona:
cómo son sus relaciones (con su pareja, sus familiares, sus amigos, sus compañeros de trabajo), su dieta (no sólo qué come sino cómo lo come), dónde y cómo vive, todos ellos son factores que determinan de alguna manera el grado de ese estado existencial que llamamos salud.
La salud no es algo estático, sino un proceso cuyo resultado deviene de algo que hacemos, pensamos y sentimos; es algo de lo que no somos conscientes hasta que la perdemos, y como se conocen más los mecanismos de cómo enfermamos que de cómo nos mantenemos sanos, nos cuesta comprender que la enfermedad es la excepción y no la regla.
A veces se piensa que la enfermedad es un castigo o que es obra de la mala suerte, cuando realmente su función es avisarnos de que nuestro cuerpo y nuestra mente están haciendo algo para mantenernos en el equilibrio, y ya que nunca estamos perfectamente, en la vida siempre se producen cambios que nos llevan de quienes somos a quienes vamos a ser, los síntomas son las señales de los continuos procesos desequilibrio/equilibrio.
¿Es necesario pasar por la enfermedad para otorgarse autocuidados?. En realidad no, aunque el ser humano es inteligente todavía no ha llegado a la sabiduría necesaria para prescindir de ella. Pero podemos aprender a desarrollar nuestra agudeza sensorial y percibir con mas nitidez las primeras sensaciones de incomodidad o malestar, síntomas que posiblemente indiquen que algo está desatendido y hemos de ocuparnos de ello. También podemos aprender a flexibilizar nuestras acciones: una dieta variada de alimentos
y de distintas formas de prepararlas, ejercicios diversos con ritmos diferentes, relaciones con reacciones ajustadas donde podamos establecer puentes en lugar de muros entre nosotros y los demás. Y por último algo muy importante:
tener planes, hacer proyectos y disfrutar de los preparativos para realizarlos, cada momento, cada instante es importante y hermoso. La salud es una manera de ser en el mundo y estar sano significa tener proyectos, planes y objetivos que realizar.
No existe ninguna dieta universal, ningún ejercicio o método de pensamiento positivo que funcione para todas las personas por igual ni para todas las ocasiones, pero cada uno si puede aprender de sus propios estados de salud y potenciar sus recursos para mantenerla. Las personas no cambian si no tienen una buena razón para hacerlo, puede ser que uno quiera cambiar algún hábito para la salud y no sepa muy bien cuál; puede ser que sepa qué quiere cambiar pero no sepa cómo hacerlo, y puede ser que sepa cómo hacerlo y le falte motivación para llevarlo a cabo. La Programación Neurolingüística (PNL) es un método de aprendizaje para el cambio que se centra en las soluciones. La PNL estudia aquello que sabemos hacer bien para reproducirlo y generalizarlo en cualquier ámbito de nuestra vida. La PNL es un método para aprender a descubrirse a sí mismo y a la capacidad de despertar en este mundo, que si bien no es perfecto, también es verdad que es el único del que se dispone y mejorarlo empieza por uno mismo.